Su gran desempeño y compromiso con el trabajo durante las pasantías realizadas en los talleres de una empresa del sector automotriz llevó a Miguel Carpio Penzo, de 18 años, estudiante de tercer año de Bachillerato del colegio Fiscal Técnico Simón Bolívar, a ser elegido para ser parte de Galarmovil.
Miguel, quien tiene un 49% de discapacidad intelectual, ha demostrado que no hay límites. Después de que su representante aceptara la propuesta laboral, todos los sábados acude desde muy temprano para realizar el mantenimiento del sistema de frenos, cambio de aceite a los motores y otras actividades. “Me gusta mucho el área en la que estoy porque aplico todo lo que me enseñan los profesores en clases. Mis compañeros siempre me apoyan cuando se me dificulta algo”. El joven, que vive en Durán, sabe que debe seguir esforzándose para conservar su empleo, sin descuidar sus estudios. El próximo año se convertirá en Bachiller de la República y desde ya piensa en estudiar la universidad.
Cada año son más los estudiantes que son insertados al mundo laboral gracias a la firma de convenios estratégicos con empresas del sector industrial y automotriz. Claudio Chong Tama, rector encargado, explica que en lo que va del 2024, un total 358 alumnos de Bachillerato realizaron ya sus pasantías. De ese grupo, 95 recibieron una oferta laboral, entre ellos hay tres con discapacidad intelectual.
“Estos acercamientos han permitido que todos los conocimientos adquiridos por los estudiantes los demuestren en los talleres. A nosotros constantemente nos llaman para solicitarnos bachilleres y cada vez más crece el interés de nuevas empresas por firmar convenios”, indica Chong. Para realizar las pasantías los alumnos deben contar con un seguro de accidentes.
Otra de las estudiantes que recibió la propuesta para trabajar tras hacer sus prácticas en una empresa de contenedores fue Emely Villamar, de 17 años, que cursa el tercero de Bachillerato. “Antes de que finalizara las pasantías me llamaron de talento humano. Me dijeron que les había gustado mi trabajo y mi dedicación a la hora de cumplir con lo que le exigen”. Emely trabaja en el área de soldadura y climatización de la empresa y acude de lunes a sábado por 4 horas. Es la única mujer en esa área, lo que hace todo un reto su puesto.
Denley Paredes Nazareno, de 17 años, fue contratado para trabajar en un taller mecánico de Guayaquil, una vez terminada su pasantía. Cuenta que cuando llegó a este lugar propuso implementar el servicio de electromecánica, lo que despertó el interés del propietario por sus iniciativas. “Esta es una gran oportunidad, poder tener un trabajo que me permita seguir aprendiendo y crecer en lo profesional y además ayudar a mi familia”.
El Ministerio de Educación tiene programas que buscan fortalecer la inserción laboral de los bachilleres técnicos, realizando alianzas con instituciones y empresas para el fortalecimiento de las carreras técnicas.